Roland Lange es ex alumno del Instituto Ballester, donde cursó la orientación Físico-Matemática. Luego realizó la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Buenos Aires.

El cambio del colegio a la universidad estatal fue muy drástico. Fue el año en que Alfonsín instauró el CBC. La organización fue caótica, porque se sumaron muchos estudiantes que no habían comenzado sus estudios antes debido a la alta exigencia del examen de ingreso. Gracias a la buena preparación del colegio me adapté al nuevo sistema y cursé sin problemas los seis años de ingeniería. Hice la carrera junto con Daniel Kumert, con quien compartimos la trayectoria escolar desde Kindergarten. Incluso dimos juntos la última materia de la carrera.
Después de recibirme viajé a Alemania e hice prácticas laborales durante seis meses. Primero en Deutz, empresa con sede en Colonia, en la que mi padre trabajó durante más de treinta años. Luego en Pfauter y por último en Hüller Hille.
De regreso en la Argentina, comencé a trabajar en el departamento de Mantenimiento de Siderca (Tenaris), en Campana. Como en esa época no existía la autopista y desde Buenos Aires se complicaba el traslado diario, finalmente me mudé a Campana. Siderca se especializa en la fabricación de tubos sin costura para la explotación de petróleo y gas. Allí trabajé desde 1991 hasta 1997. En ese año me casé con Dina. A comienzos de 1998 fui trasladado por la empresa a Bérgamo, Italia, donde vivimos un año y medio, y luego a Venezuela, donde la empresa compró SIDOR (Siderúrgica del Orinoco), de cuya reconstrucción me hice cargo.
En 2002 regresamos a la Argentina. Aquí estuve al frente del departamento de Asistencia Técnica para los productos más especiales. Tenaris otorga licencias a empresas para realizar el mantenimiento y las reparaciones de las tuberías que trasladan petróleo y gas. Para ello fueron desarrolladas técnicas especiales y se buscan y supervisan empresas que cumplan con las normas en Nigeria, Rusia y China. Ese desafío profesional me dio la oportunidad de visitar distintas empresas en Indonesia, Dubái, Kazajistán, los Estados Unidos, Canadá, Escocia, Escandinavia, Arabia, Singapur y toda América Latina.
En 2008 fui trasladado a Veracruz, México, para continuar con esa tarea. Hasta entonces sólo había necesitado del inglés para comunicarme. Sin embargo, en 2011 me hice cargo de una nueva planta laminadora de tubos en Veracruz, y para reconstruirla se importaron principalmente maquinarias de Alemania. En ese momento los conocimientos de alemán fueron fundamentales, ya que los ingenieros alemanes se instalaron en México para acompañar la fase inicial.
En 2013 regresamos a Buenos Aires. Esta vez el cargo fue totalmente distinto, y estoy siguiendo los pasos de mi abuelo Martin, mi tía Nora y mi hermana Doris. Como Director de la Universidad Tenaris, aseguramos que los 27.000 empleados de la empresa a nivel mundial participen de capacitaciones. Cada empleado debe estar entrenado para su trabajo y estar informado de todos los procesos. Desde el operador hasta la gerencia general. Tenaris es una de las pocas empresas cuya universidad corporativa incluye a los trabajadores de fábrica. Hace poco tiempo se agregaron a la oferta educativa capacitaciones online tanto para clientes y proveedores de Tenaris como para interesados en general. Se busca atraer a estudiantes de Ingeniería con excelentes promedios para incorporarlos a la compañía.
Al igual que en el colegio, hay materias o temas que pueden interesar más que otros. La tarea principal es entrenar y capacitar a todo el personal de la empresa con nuevas metodologías y tecnologías en forma atractiva. Importante es lograr que los empleados participen y disfruten de la capacitación con alegría y amor por su trabajo.
Mi objetivo principal es que cada empleado venga con ganas a cada entrenamiento. No es una tarea sencilla, ya que todos tienen su trabajo, su familia, sus obligaciones y mucho estrés. La empresa tiene dos objetivos: diferenciarse de la competencia con capacitación continua para que los clientes la elijan por el sello de garantía y calidad, y atraer buenos ingenieros y técnicos ofreciendo las mejores condiciones profesionales, incluyendo la capacitación continua. En la actualidad, un ingeniero recién recibido necesita seguir estudiando para seguir el ritmo de la tecnología.
La sede principal de la Universidad Tenaris en la Argentina se encuentra en Campana, y existen sucursales en doce países. Además, se trabaja con distintas universidades a nivel internacional. Veintisiete especialidades están categorizadas en seis facultades: Management School, Comercial School, Industrial School, School for IT, School for Administration and Finance y Technical School.
La experiencia en el extranjero fue muy enriquecedora para mí. Es importante disfrutar del lugar donde te toca vivir. Como anécdota, quisiera contar que durante mi práctica en Alemania, esperando un día el tren en la estación de Colonia, escuché a dos señoras mayores quejarse porque el tren había llegado con dos minutos de demora. En los seis años de universidad yo tenía todos los días una hora y media de viaje en colectivo y tren hasta llegar a la facultad. Teníamos realmente otros problemas… ¡Pero parece que el ser humano siempre necesita quejarse!
Volver a la Argentina con mi esposa y mis hijos Ralf, de doce años, y Alexia, de nueve, tiene la plusvalía de disfrutar a la familia y a los amigos de la infancia y la adolescencia. Especialmente es hermoso el reencuentro con los chicos del DAL (Deutsch-Argentinische Lagergruppe), de cuya organización participé desde los dieciocho a los veintidós años.
Muchas veces me han preguntado cómo es posible que después de veinticuatro años siga trabajando en la misma empresa. Confieso que cuando empecé, en los años ´90, pensé que sería solamente por uno o dos años. En aquella época, a causa de la hiperinflación y la crisis económica, no era fácil encontrar un buen trabajo. Mi intención era, más adelanre, buscar empleo en una empresa alemana. Pero Tenaris me ofreció constantemente nuevos desafíos. Creo que siempre se necesitan motivación y alegría para trabajar y vivir, y los cambios llevan a que no sea aburrido. Mi consejo a las nuevas generaciones es buscar siempre ser cada día un poco mejor. Innovar. A veces hay que intentar las cosas una, dos o tres veces, y luego resultan. En la empresa, buscar calidad, reducir costos, mejorar la productividad día a día sin que el jefe lo pida, simplemente con la idea de mejorar. Emprender la iniciativa para que el éxito venga por sí mismo”.

¿Qué recomendarías a los alumnos del IB?

Elegir una profesión que realmente les guste, que les permita aportar algo, y no buscar una actividad simplemente porque brinde dinero o reconocimiento. Ser útil y desarrollarse. Buscar plenitud y felicidad en vez de grandes ingresos.

Roland, muchísimas gracias por otorgarnos tu tiempo y compartir con nosotros tu valiosa experiencia.

Marianne Kramer
Desarrollo Institucional y Marketing