Desde siempre he creído que el colegio ha sido una herramienta clave para mi progreso personal y académico. A lo largo de los años, he aprendido a valorar las habilidades y conocimientos adquiridos en este entorno, tanto en lo académico como en lo personal. Actualmente, me encuentro estudiando la carrera de Industriekauffrau en el BBZ, y, aunque me quedan dos años para terminar, ya tengo en mente seguir con estudios en áreas como recursos humanos, publicidad o marketing. El colegio me brindó una base sólida que me permitió encarar con confianza los retos del ámbito universitario, desde el contenido académico hasta la exigencia que este conlleva.

Mi relación con el colegio es muy especial, ya que siento un profundo cariño por él. Es un lugar que considero tranquilo, seguro y cercano, lo que me impulsó a continuar mi formación en el BBZ. No me imaginaba estudiando en otro lugar, especialmente teniendo la oportunidad de seguir desarrollándome profesionalmente a solo un cruce de edificio.

Aparte de mis estudios, tengo una gran pasión por el remo, deporte que practico desde los 11 años. Comencé en el Club de Regatas América en Tigre, durante el verano de 2018-2019. Con el paso de los años, tanto el equipo como los entrenamientos crecieron de manera exponencial, pasando de sesiones limitadas a tres veces por semana a entrenar a diario. Fue entonces cuando el club formó un equipo oficial y comenzamos a obtener victorias en Campeonatos Argentinos. Hasta la fecha, soy 5 veces campeona del Campeonato Argentino de Remo, habiendo obtenido títulos en distintas categorías: Doble Par Menor Femenino 2022, Cuádruple Par Menor Femenino 2022, Doble Par Menor Femenino 2023, Cuádruple Par Junior Femenino 2023 y Doble Par Junior Femenino 2024.

En 2022, participé en un Selectivo Nacional para el Sudamericano de Remo en Concepción, Chile, y fui preseleccionada para formar parte del equipo. Tras entrenar intensamente durante los veranos de 2022 y 2023, representé a Argentina en mi primera competencia internacional, donde logré obtener una medalla de plata en el Ocho Junior Femenino (8-). Esta experiencia fue un logro muy importante en mi carrera deportiva, y sin duda marcó un antes y un después.

Durante todo este proceso, el colegio siempre fue comprensivo y me brindó su apoyo. Entendieron mis ausencias debido a los entrenamientos y competiciones, y me dieron el tiempo necesario para cumplir con mis responsabilidades académicas. Aunque mi compromiso con los estudios no se vio afectado, sé que fue un gran desafío equilibrar ambas actividades. El año pasado, volví a quedar preseleccionada en el proceso de selección, esta vez con el reto adicional de estudiar para el International Baccalaureate (IB). A pesar de las dificultades para asistir a clases debido a mis entrenamientos, el colegio me brindó la misma paciencia y comprensión, permitiéndome cumplir con mis obligaciones tanto deportivas como académicas.

Mi rutina diaria era intensa, ya que me levantaba a las 5:30 AM para entrenar a las 6:30 AM. Luego, mi hermana me llevaba hasta la parada del colectivo para llegar al BBZ alrededor de las 10:30-11:00 AM. Después de las clases, volvía a entrenar, y al regresar a casa completaba las tareas del día y organizaba mis apuntes. A pesar de la carga, el apoyo constante de mi familia, entrenadores y el colegio hizo que pudiera mantener el equilibrio y seguir persiguiendo mis metas en ambas áreas.