A pocas semanas de cumplir ochenta años, la Sra. Nora Lange –que fue profesora y rectora del Instituto Ballester Deutsche Schule– comparte en esta edición la experiencia vivida durante muchos años en nuestro colegio.
¿Cuándo descubrió su vocación por la docencia?
En realidad fue al terminar la escuela primaria. Quería ir a la Escuela Normal de San Martín, pero mis padres decidieron mandarme a la Escuela Nacional de Comercio de Villa Ballester. Papá todavía estaba muy dolido porque el gobierno a fines de 1945 había incautado el edificio del colegio en Lacroze 133, y no permitió que siguiera funcionando la institución. Por eso, él no quería que yo fuera maestra.
¿Cómo se desarrolló su camino en la Sociedad Escolar Alemana de Villa Ballester?
Hice el Kindergarten y los primeros cinco grados de la primaria en la Bismarckschule. Después del cierre terminé la primaria en la Escuela del Estado Nº 7. Me recibí de perito mercantil y trabajé un año en una oficina. Cuando se reabrió la Primaria del Colegio Ballester en un viejo edificio alquilado, se necesitaba personal para enseñar idiomas. Di clases de alemán y de inglés en los cursos inferiores sin tener ningún título habilitante. A los veintitrés años
de edad decidí cursar el profesorado de Inglés en el Instituto Superior del Profesorado Secundario, una excelente institución que me dio una formación idiomática y cultural muy firme. Cuando me recibí fui elegida para una beca de un año en la Brown University de Providence, Estados Unidos, para estudiar lingüística. Mientras tanto el colegio había crecido. Ya estaba construido el edificio de la calle Santa Adelina y había secundaria: Nacional y Normal.
En el año 1966 se decidió abrir la sección Comercial. La Comisión Directiva me ofreció hacerme cargo de esta sección como Directora de Estudios. Con la interrupción del año 1973 por una beca en Berlín, seguí en la Secundaria hasta mi jubilación, en el año 1987. Los últimos ocho años fui Rectora del Bachillerato Bilingüe Modalizado.
¿Cuáles fueron los desafíos más importantes en su trayectoria?
Sin lugar a dudas el mayor desafío fue la planificación y organización del Bachillerato Bilingüe Modalizado.
Por suerte tuve mucha colaboración del cuerpo docente. Estábamos todos muy motivados y además tuvimos el apoyo invaluable de la Profesora Nelly Hiriart, del Ministerio de Educación. Ella nos fue guiando y venía de vez en cuando para controlar in situ lo que hacíamos y aconsejarnos al respecto.
¿Cuáles son sus mejores recuerdos?
El día más feliz de todos fue cuando la Profesora Hiriart me habló por teléfono para comunicarme que el Sr. Ministro de Educación había firmado la resolución que aprobaba el plan de estudios del Bachillerato Bilingüe Modalizado.
¿Qué consejos les daría a las autoridades de nuestra institución?
Que incentiven la curiosidad y la capacidad de asombro de los alumnos. Debido a los cambios enormes que se están dando a nivel mundial van a necesitar una mente muy ágil para responder a los desafíos del futuro laboral que los espera.
¿A qué se dedica en su tiempo libre?
Me gusta cuidar las plantas que tengo en mi balcón y también dentro de mi departamento. Puedo vivir sin animales, pero no sin plantas. En cuanto a lo cultural, me agradan la lectura, el teatro, sobre todo la ópera en el Colón, los conciertos y el arte. Buenos Aires es una de las grandes capitales culturales del mundo y me gusta participar de lo
que se ofrece aquí.
¿Quiere agregar algo más?
Sí, quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a todas las personas que han donado sangre para mí cuando lo necesitaba. Por suerte ahora estoy mucho mejor de salud y la falta de glóbulos rojos ha sido superada.
Agradecemos mucho su valioso tiempo y la maravillosa ocasión de haber conversado con usted.
¡Muchísimas gracias!
Marianne Kramer
Desarrollo Institucional y Marketing