Cuarenta años pasan rápidamente. Para Carlos Baarts la vida en el Instituto Ballester comenzó desde su más tierna infancia. Nos reunimos con nuestro querido profesor de Educación Física para compartir con él las vivencias de toda una trayectoria.

“Mi historia en el Instituto Ballester comienza a fines de la década del cincuenta, cuando el Sr. Martin Lange le propuso a mi padre Roberto Carlos Baarts trabajar en el colegio como casero, en el edificio que ocupa actualmente el Hogar María Luisa, en Villa Ballester. En ese momento yo comencé a cursar 2º grado de primaria. Durante diecisiete
años vivimos allí como familia. Las cosas se hacían con mucha lógica. Mis padres fueron los primeros concesionarios del comedor de la escuela. Cuando el colegio se mudó al actual edificio de San Martín 444, mi familia se mudó a Hurlingham, y mis padres y mi hermano Roberto Luis continuaron administrando el servicio de almuerzos y los kioscos en la sede de Villa Ballester.

Carlos-Baarts

Por mi parte, en la escuela siempre estuve muy comprometido con el deporte. Como alumno participé  principalmente en handball y atletismo. En mis últimos tres años de la Secundaria, con el equipo de handball
ganamos la Copa del Torneo del Ministerio de Educación los tres años consecutivos. La copa quedó para el
colegio y se encuentra en la vitrina de la Administración. Yo fui el goleador del equipo, y la placa confirma
mi participación en esos fabulosos tres años.

Luego ingresé al INEF – Instituto Nacional de Educación Física– de Buenos Aires. En el año 1974 comenzó mi trayectoria en el Instituto Ballester como profesor y entrenador de Atletismo de la Primaria. Poco después empecé a entrenar en handball a los chicos de K1 y K2. Más adelante se agregaron K3, K4 y K5, de la Secundaria. Dirigí los
equipos hasta el año 2013.

Jugué al handball hasta los 37 años en SAGVB (la Sociedad Alemana de Gimnasia de Villa Ballester), en el INEF de Buenos Aires, en la AFALP (Asociación de Fomento de los Amigos de Lomas del Palomar), en el CEMEF (Centro Municipal de Educación Física) de San Martín, en el Club Atlético de Tigre y en el Club Defensores de Hurlingham.

Paralelamente, durante más de treinta años trabajé en la Escuela 24 de Hurlingham. También fui entrenador en el CEMEF de San Martín y en la AFALP, y de la Primera División e Inferiores de Damas de River Plate, de la Segunda División de Caballeros de San Lorenzo y de la Segunda División de Caballeros de Ferro Oeste.

Soy socio del VEBS (Verein ehemaliger Ballester Schüler) y fui presidente de la Comisión Directiva durante dos períodos. También mi padre tuvo ese cargo durante muchos años, y toda la familia fue siempre muy activa en la comunidad de ex alumnos. Desde los nueve años fui con mi familia a la isla del Tigre a ayudar y a realizar las guardias de los fines de semana, y el año que viene paso a ser socio vitalicio. Han pasado cuatro generaciones Baarts
por el Instituto Ballester, lo cual es muy emocionante: primero Roberto Carlos, mi padre, luego yo, Carlos Arturo, más tarde mi hijo Carlos Adrián, y finalmente Joaquín Alejandro, mi nieto.

Los cuarenta años en el colegio han sido una experiencia maravillosa. Fue una gran alegría ver crecer a cada equipo y a cada alumno. Los momentos cumbres han sido siempre ganar un torneo con los pibes. Una tremenda satisfacción, lograr el objetivo. El gran desafío de hoy en día es motivar a los alumnos a aprobar el Sportabzeichen, el escudo deportivo alemán. Los niños realizaban antes más deporte, jugaban al fútbol en el barrio o en el club y andaban en bicicleta, lo cual no era peligroso. Hoy en día ocupan casi todo su tiempo con la playstation o el celular. Tienen una vida mucho más sedentaria.

En el IV Torneo de Fútbol de alumnos, padres y ex alumnos realizado el 16 de noviembre en SAGVB participé y metí varios goles. Fue fantástico que sesenta personas me alentaran. ¡Me sentí tan feliz como pibe con chiche nuevo! Estos cuarenta años en el colegio me han llenado de grandes satisfacciones. Siempre hemos tenido un buen clima de trabajo con los profesores y directivos del colegio.”

Marianne Kramer
Desarrollo Institucional y Marketing